Ambición






LA AMBICIÓN 
DESDE EL PUNTO DE VISTA MATERIAL Y ESPIRITUAL



El diccionario de la Real Academia Española (RAE) define a la ambición como el deseo de obtener poder, riquezas o fama. El término procede del latín ambitĭo y puede utilizarse de manera positiva o con sentido negativo.

La ambición se considera como saludable cuando promueve la acción y el desarrollo de proyectos. La persona que es ambiciosa pretende conseguir algo que actualmente no tiene. El sujeto ambicioso, por lo tanto, desea mejorar, crecer o progresar. La ambición funciona en estos casos como un motor que invita a abandonar el conformismo y la mediocridad.

Debe existir un límite, sin embargo, para que esa ambición no se convierta en algo dañino o peligroso. Cuando el deseo es tan fuerte que la persona está dispuesta a violar las normas éticas o legales para concretarlo, la ambición se vuelve riesgosa ya que puede perjudicar a la propia persona o a terceros.

Ejemplos:
-“Siempre tuve la ambición de jugar al fútbol de manera profesional y por suerte pude cumplir mi sueño cuando fui contratado por el equipo de mi pueblo para una gira interprovincial”.
-“Llenar estadios con mi banda de rock es mi mayor ambición”.
-“Esa noche había ganado mucho dinero en la ruleta y podría haberme retirado feliz: sin embargo, la ambición pudo más y seguí apostando hasta que marché sin nada en los bolsillos”.

Suele considerarse que el estado más saludable para una persona es aquel donde la ambición actúa como disparador de acciones, pero dentro de los límites de la coherencia y el respeto.



Del “El libro de los espíritus” de Allan Kardec
333. Si un espíritu se considerase bastante feliz en una condición mediana entre los espíritus errantes, y si no ambicionase elevarse más, ¿podría prolongar indefinidamente semejante estado?
«Indefinidamente no, pues el progreso es una necesidad que tarde o temprano experimenta el espíritu. Todos deben ascender; este es su destino».


Del “El libro  de los médiums” de Allan Kardec
INSTRUCCIONES DE LOS ESPÍRITUS
Mundos inferiores y mundos superiores
Al hablar sobre los mundos superiores en el Ítem 10 dice:
En esos mundos felices… Allí no hay ni amos, ni esclavos, ni privilegiados por nacimiento; la superioridad moral e inteligente es la única que establece la diferencia de condición y da la supremacía. La autoridad es siempre respetada, porque sólo se da al mérito y porque siempre se ejerce con justicia. El hombre no procura elevarse sobre el hombre, sino sobre sí mismo, perfeccionándose; y este deseo incesante no es un tormento, sino una noble ambición que le hace estudiar con ardor para llegar a igualarles.


AMOR, CARIDAD y TRABAJO 







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