Irradiación





Irradiación:

 

Irradiación, radiación o vibración es la emisión de rayos de energía (vital y mental) que se desplazan en ondas electromagnéticas a través del fluido universal, dirigidos por el pensamiento (mente), impulsados por la voluntad e impregnados por el sentimiento (corazón).



(Del libro titulado: “Pases y Radiaciones” de Edgard Armond)
Todos los Espíritus, encarnados o desencarnados, poseen la facultad de emitir y proyectar irradiaciones a cualquier distancia, por mayores que sean; entre los desencarnados, como es obvio, tal facultad es ejercida libremente y en sentido amplio, por ausencia de la traba natural, que es el cuerpo físico.


Tales proyecciones, como también ocurre con los pensamientos, son tan rápidas que ultrapasan la velocidad de la luz y esa condición es lo que hace suponer que los Espíritus posean el don de la ubicuidad, o sea, estar al mismo tiempo, en dos lugares diferentes, cosa que, en realidad, jamás ocurre.


Las irradiaciones pueden ser mentales y fluídicas.




1) IRRADIACIONES MENTALES
La irradiación mental es un proceso intelectual mediante el cual se emite y se proyecta a determinado punto pensamientos concordantes con el motivo que determinó la proyección.


Un individuo colocado en A mentalmente visualiza a otro individuo colocado en B y sobre él proyecta, por ejemplo, pensamientos de fuerza, coraje y confianza.


El individuo elegido, colocado en B, aun no poseyendo la sensibilidad necesaria para sentir las irradiaciones que le están siendo enviadas, las recibe en su mente y se beneficia de los efectos correspondientes.


Si estaba debilitado, sin coraje, desanimado, se siente ahora estimulado, dotado de nueva energía y confianza.


Esta irradiación como se ve, en el fondo no pasa de ser una transmisión telepática y el proceso se realiza de mente para mente, una funcionando como emisora, la otra como receptora.




2) IRRADIACIONES FLUÍDICAS
La irradiación fluídica es una acción de orden mística, que consiste en emitir, por el corazón, vibraciones amorosas destinadas, normalmente a beneficiar necesitados.


En una se emiten pensamientos y en la otra, sentimientos, cosas cualitativamente bastante diferentes.


Un individuo en A, se halla enfermo, perturbado y pide auxilio.


El operador en B se concentra, formula una oración, mentalmente mira al necesitado en A, establece en su propio íntimo el deseo sincero de auxiliarlo, y enseguida, deja que de su corazón fluyan las ondulaciones vibratorias de reconforto.




3) CORAZÓN Y MENTE
Si se trata de molestias, esas ondulaciones serán fluidos de equilibrio, vida y salud, si se trata de perturbaciones psíquicas, esos fluidos serán luz y pureza, capaces de destruir las vibraciones pesadas, provenientes de obsesores; si se trata, en fin, de depresión física o moral, esos fluidos serán fuerza y optimismo, capaces de restablecer la tonalidad vital del necesitado.


En todos los casos, el corazón actúa como una emisora de ondas, cuya potencia fundamental es el sentimiento amoroso, el deseo sincero de servir, auxiliar, socorrer.


En los casos de irradiaciones mentales, la eficiencia depende del poder de la voluntad del emisor, de su capacidad de proyectar ondas telepáticas más o menos poderosas; pero, en los casos de irradiaciones fluídicas, la fuerza está en el sentimiento, en la capacidad del emisor de sentir la necesidad del prójimo, en el deseo ardiente de beneficiarlo y en la capacidad de producir en sí mismo y, enseguida, proyectar al punto elegido ondas de luz, de vida y de amor.


En las sesiones de cura, por medio de irradiaciones a distancia, el proceso es siempre aumentado, crecido, por la fuerza de las vibraciones en conjunto y por la formación de una poderosa corriente emisora de base.


Los participantes deben llegar antes del comienzo de la preparación, conservándose en silencio, en sus lugares, en meditación, preparándose para el trabajo.


Cada uno de esos orientadores recibe la lista de los hermanos a ser beneficiados y sus respectivas direcciones, los cuales son atendidos individualmente.






REFLEXIÓN PERSONAL:
Sobre la forma de irradiar.


Considero que cada orientador ha de hacer una petición inicial conforme le dicte el corazón para los hermanos necesitados que va a nombrar y según el tipo de ayuda que necesiten. Y otra al finalizar, para tratar de mentalizarlos a fin de que se sientan reconfortados.


Personalmente comprendo que es natural que no todos necesitemos de la misma técnica a la hora de aplicar la irradiación individualizada a cada hermano necesitado que se nombre, por lo que hemos de aplicarla mental e individualmente en el espacio en qué quedamos en silencio después de nombrar al hermano necesitado de ayuda. La forma puede variar de uno a otro pero el fondo ha de ser la misma.


Por lo tanto y teniendo en cuenta la definición de irradiación dada al principio, personalmente entiendo que el verdadero trabajo de irradiación, no es tanto lo que diga de palabra el hermano que dirige o el hermano que hace la petición, si no, lo que hacemos todos juntos y entre los dos planos. Una vez nombrado al hermano por el que se pide ayuda, al guardar silencio, es cuando todos unidos debemos emitir la energía vital y mental, dirigida por el pensamiento, impulsada por la voluntad e impregnada por el sentimiento desde el corazón. Además, para que sea efectiva, el hermano que recibe la ayuda ha de estar receptivo. 

Esto no quita para que el orientador que esté leyendo las fichas en ese momento, al nombrar algún familiar o conocido, o no conocido, y sienta desde el corazón que debe hacer una petición especial, que lo haga.


La duración del tiempo que podríamos dejar para guardar silencio, una vez leída la ficha del hermano necesitado de ayuda, a fin de realizar el verdadero trabajo de irradiación, podría ser por ejemplo, el equivalente al proceso que mentalmente podríamos utilizar para hacer un pase con detención en la zona más afectada.

Resumiendo, basta apenas unas pequeñas palabras y referencias para después guardar silencio y realizar la actividad de irradiación.

Para que la irradiación sea eficaz, la persona que va a ser ayudada debe estar receptiva (favorable al recibimiento de la ayuda para mejor absorber el recurso espiritual). Además de eso, es fundamental estar dispuesta a mejorar espiritualmente. La ayuda de la irradiación es pasajera y tales recursos tienden a fijarse y a crecer, cuando el individuo pase a tener una vida moralmente equilibrada.


Comentar también, la necesidad de procurar estar reunidos todos en silencio, desde unos quince minutos antes de comenzar el trabajo de irradiación, a fin de poder realizar el trabajo de armonización previa junto con nuestros hermanos de la espiritualidad que nos asisten.


AMOR, CARIDAD y TRABAJO

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