La última Revelación o doctrina, que hemos recibido es el Espiritismo, es la más fácil de comprender y al mismo tiempo la más esclarecedora. Sin sombras ni misterios nos revela la existencia del mundo espiritual y abre las puertas del Más Allá. Aún así, hay muchos llamados espíritas, que se esfuerzan en paralizar el Espiritismo en sus principios fenoménicos, y con esto le niegan el derecho y el deber que tiene de evolucionar y transformarse, siguiendo siempre el progreso de la humanidad y de la ciencia.
Hay muchos grupos que por curiosidad o pasatiempo tratan de ponerse en contacto con los espíritus que les rodean, es decir, pretenden descubrir los secretos del Más Allá. Estos hermanos desconocen por completo la ciencia espírita y las leyes naturales que rigen la comunicación con lo invisible, y sin embargo, por su misma ignorancia, se atreven a pisar un terreno más peligroso de lo que pueden imaginar, cuando ponen en práctica la parte fenoménica del Espiritismo, sin haber estudiado esta doctrina y sin tener preparación alguna.
El Espiritismo es
el Evangelio de Jesús, llevado a todas las esferas de la vida humana. Con la
práctica espiritista, se afirma en las conciencias la Ley del Amor, el “no
hagas a otro lo que no quieras para ti”, y se libera el hombre del
aterrador egoísmo que es la causa de nuestros males.
¿Se deberá provocar el desarrollo de la mediumnidad?
¿Se deberá provocar el desarrollo de la mediumnidad?
Nadie deberá provocar el desarrollo de esa o de aquella facultad,
porque, en ese terreno, toda la espontaneidad es necesaria; observándose, con
todo, el florecimiento mediúmnico espontáneo, en las expresiones más simples,
se debe aceptar ese evento con las mejores disposiciones de trabajo y buena
voluntad, sea esa posibilidad psíquica, la más humilde de todas.
La mediumnidad no debe ser objeto de precipitación en ese o aquel sector de la actividad doctrinaria, por cuanto, en aquel asunto, toda la espontaneidad es indispensable, considerándose que las tareas mediúmnicas son dirigidas por los mentores del plano espiritual.
REFLEXIÓN:
La mediumnidad no debe ser objeto de precipitación en ese o aquel sector de la actividad doctrinaria, por cuanto, en aquel asunto, toda la espontaneidad es indispensable, considerándose que las tareas mediúmnicas son dirigidas por los mentores del plano espiritual.
REFLEXIÓN:
Con las mesas parlantes se inició el espiritismo para comunicarse con
los espíritus. Hoy en día se hace a través de los médiums.
Las manifestaciones espiritistas sólo se han hecho para los ojos cerrados y corazones indóciles (San Vicente de Paúl. París, 1858).
Al igual que con los médiums, con las mesas parlantes, si se abusa de la evocación, se abre la puerta a los espíritus ligeros, burlones y obsesores; los buenos espíritus no pueden estar continuamente y a cada instante a nuestra disposición.
Todo espírita que posea alguna facultad mediúmnica ostensible natural y desee trabajarla, ha de comenzar por formarse e instruirse. Un buen comienzo sería la lectura razonada de: El Libro de los Médiums de Allan Kardec.
Las manifestaciones espiritistas sólo se han hecho para los ojos cerrados y corazones indóciles (San Vicente de Paúl. París, 1858).
Al igual que con los médiums, con las mesas parlantes, si se abusa de la evocación, se abre la puerta a los espíritus ligeros, burlones y obsesores; los buenos espíritus no pueden estar continuamente y a cada instante a nuestra disposición.
Todo espírita que posea alguna facultad mediúmnica ostensible natural y desee trabajarla, ha de comenzar por formarse e instruirse. Un buen comienzo sería la lectura razonada de: El Libro de los Médiums de Allan Kardec.
Bibliografía:
“Las verdades del espiritismo” de José Aniorte Alcaraz
“EL CONSOLADOR” de Francisco Cándido
Xavier (Dictado por el espíritu EMMANUEL)
AMOR, CARIDAD y TRABAJO
AMOR, CARIDAD y TRABAJO
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