Acuerdo de almas

 







ACUERDO DE ALMAS









Antes de nacer, cuando cada alma decidió encarnar en la Tierra, hubo un acuerdo entre almas. Primero cada alma seleccionó minuciosamente con sus guías espirituales, todas las experiencias que deseaba vivir en la inminente encarnación.

Algunos eligieron aprender a través del desapego, otros de la soledad, otros de la enfermedad, otros a través de las pérdidas, otros decidieron aprender de la relación de pareja. Algunos se atrevieron a experimentar la riqueza material, y así sucesivamente, como si eligieran las materias para matricularse en la Universidad, todos decidieron sus misiones.

Y hubo una gran reunión entre ellas para pactar cómo se interrelacionarían sus almas. Como cuando se reparten los roles en una obra teatral, cada cual recibió su papel en la obra de su vida… y nacieron.

Algunas de estas almas se encontraron desde su nacimiento y son hermanos. A otras les tocó ser compañeros del colegio, para llegar a ser amigos en la adultez. Otras no se encontraron hasta cuando mayores, pactaron conocerse en una fiesta y enamorarse.

Y hubo quienes tendrían roles mínimos en la vida del otro: 
- Sería el médico que lo revisó cuando estuvo internado por apendicitis. 
- Otro sería quien le ofrecería la oportunidad de lograr un buen empleo. 
- Otro el taxista que lo llevaría al aeropuerto aquel día en que le avisaron que su madre se moría, etc.

Nada, absolutamente nada es casual en la vida de ninguno. 

Existe el libre albedrío

Nos hemos repartido los papeles, pero no hay guión. Cada uno crea sus propios diálogos y sus acciones y necesita también asumir la responsabilidad de las consecuencias.

Así que ponte a pensar: 
- ¿Por qué tienes a ese jefe tan exigente y perfeccionista? 
- ¿Será que acordaron que él sacaría lo mejor de ti y te puliría cual diamante? 
- ¿O será que tienes que aprender la tolerancia? 
- ¿Y si lo que debes hacer es renunciar?

Difícil saber lo que viniste a vivenciar con cada persona, pero el alma lo sabe y el alma sólo sabe comunicarnos mensajes a través de lo que llamamos: Intuición.

Comprendes ahora que esa persona que está allí como un Pepito Grillo es porque quizás tú se lo pediste, le rogaste que fuera la voz de tu conciencia y tú mismo le suplicaste: 
- No importa que te odie, pero no me dejes realizar algunas acciones que me dejarán estancado en esta encarnación.

Y entiendes por qué te bastó con ver a esa persona para que sintieras retorcijones en la panza, tu alma te estaba avisando de todo el dolor que te causaría. ¿La escuchas? No recordamos. No sabemos qué nos une a todo el elenco que nos ayuda a representar la obra de nuestras vidas, pero hay un acuerdo tácito entre todos de permanecer juntos para ayudarnos mutuamente a crecer, a evolucionar.

Entre todos formamos un verdadero equipo sanador porque nos ocupamos tanto de nuestro propio desarrollo como del de los demás. Pero también podemos cerrar abruptamente la relación con algunas personas por problemas meramente terrenales. 

Todo este camino iniciado en nuestra primera encarnación hace millones de siglos atrás tiene como objetivo la perfección. Cada encarnación agregamos gotas de luz a nuestra conciencia y así vamos evolucionando hasta alcanzar la perfección. A veces, llega a nuestra vida alguien que nos enseña algo y quien al mismo tiempo recibe enseñanza nuestra y luego se va, desaparece de nuestra vida, pues ya se cumplió el trato pactado en el plano espiritual.

Luego, avanzamos despacio en términos terrenales o mundanos, pero vamos a la velocidad de la luz en términos estelares o cósmicos. Así que no podemos mirar ninguna relación y juzgarla como un triunfo o fracaso. Estamos aprendiendo, y el solo hecho de poder interactuar con otros, de conocerlos, descubrir sus diferencias, llegar hasta lo profundo de su alma vuelve cualquier relación en éxito.

Así que no te atasques con ese jefe maltratador, con esa pareja infiel, con esa persona envidiosa, con el familiar desleal, con la vecina chismosa, con ese profe abusivo, ese pretendiente meloso, esa hija rebelde. Solo míralos directamente al alma y diles: “Muchas gracias por respetar el pacto”.


AMOR, CARIDAD y TRABAJO








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