Causa y efecto
Posteado el Sábado, 27 de Diciembre del 2003 (11:18:53)
Tópico: Doctrina Espírita
Entrevista a Itamar Morato del Grupo de Fraternidad Espírita "Eurípides Barsanulfo" en el programa Espírita de Radio "Cristo Consolador"- La Hora del Espíritu de la Verdad - Radio Metropolitana 1.250 KHZ - Día 17 de Noviembre de 1997 - 21:30h. Brasil.
1º.- ¿Qué es Causa y Efecto?
Según el diccionario de la Real Academia Española, causa es aquello que se
considera como fundamento u origen de algo. Efecto es aquello que sigue por
virtud de una causa.
Aquí hacemos referencia a la pregunta nº.1 del Libro de los Espíritus, cuando Allan Kardec, el Codificador del Espiritismo, hizo a los espíritus Superiores "¿Qué es Dios?", y ellos entonces respondieron: "Dios es la causa primaria o primera de todas las cosas. Por tanto, todo lo que vemos o conocemos, o todo que existe en los planos físico y espiritual son "efectos" de la "causa mayor" que es Dios.
Aquí hacemos referencia a la pregunta nº.1 del Libro de los Espíritus, cuando Allan Kardec, el Codificador del Espiritismo, hizo a los espíritus Superiores "¿Qué es Dios?", y ellos entonces respondieron: "Dios es la causa primaria o primera de todas las cosas. Por tanto, todo lo que vemos o conocemos, o todo que existe en los planos físico y espiritual son "efectos" de la "causa mayor" que es Dios.
Causa y Efecto" es una ley Divina y Universal.
2º.- ¿Existe diferencia entre "Ley de Causa y Efecto", y Karma?
Según Nazareno Tourinho, un conceptuado escritor espírita, en un artículo publicado en la Revista Espírita "Reformador", de la FEB. "algunos autores encarnados y desencarnados, admiradores del pensamiento oriental, concordando con el principio de la reencarnación, incluyen el "karma" en nuestro lenguaje doctrinario como algo equivalente a la Ley de Causa y Efecto.
No debemos atribuir al "karma", elemento vinculado al pasado, todos los sufrimientos tales como: desastres, enfermedades sin cura...etc., pues a cada instante, en realidad, podemos alterar el curso del destino".
"Las leyes de la vida, creadas por Dios, cuando algo es justo, estas son eminentemente misericordiosas y no fatalistas"; pero esto ya fue dicho "el Amor cubre la mayoría de pecados", en una fracción de minuto, con una noble decisión de conciencia, después convertida en acto, es posible al ser humano redimir años de mezquindad". "Karma" significa determinismo absoluto, "Ley de Causa y Efecto" significa determinismo relativo.
Tenemos que reparar nuestros errores del pasado (reparar; en el hablar de Divaldo Pereira Franco), pero que sea por el buen uso de nuestro libre albedrío.
Por ejemplo, si en el pasado, matamos con una espada, no necesariamente debemos morir con un golpe de espada; mejor que esto es auxiliar a nuestros semejantes que puedan vivir, o sea, salvar vidas con nuestras buenas acciones.
El único determinismo de "karma" nos conduce a la suposición de que el Espiritismo pliega o endosa la necesidad del dolor; y esto no es verdad".
Lo que el Espiritismo demuestra es la utilidad del dolor; cuando insistimos en el egoísmo, en el orgullo, en la vanidad y demás defectos perjudiciales contra nosotros".
En este caso, el Espiritismo nos enseña la práctica de la resignación adecuada para hacernos aceptar; sin desprecio, lo que nos sucede que, a primera vista, son desagradables, pero en esencia, son enriquecedoras de la personalidad.
3º.- ¿Existe alguna causa, o acción practicada por el hombre, que vaya en contra del libre albedrío?
Conforme a la pregunta 847 del Libro de los Espíritus, este hombre, que por ventura había sido, en otra existencia, orgulloso o había hecho mal uso de sus facultades, por el libre albedrío, puede renacer en el cuerpo de un idiota, o sea debilitado mentalmente, cuya inteligencia se encuentra turbada y ya no es dueño de su pensamiento, o un mal rico, renacer como un mendigo..., etc.; el Espíritu, por tanto, sufre conscientemente este cambio. Es el caso de las expiaciones físicas (orgánicas), también aclaradas en la pregunta 851 del Libro de los Espíritus:
P.- Existe fatalidad en los acontecimientos de la vida, según el sentido dado a aquella palabra, es decir, todos los sucesos están determinados anticipadamente, y si es así, ¿qué se hace el libre albedrío?
R.- «La fatalidad existe sólo en virtud de la elección que ha hecho el espíritu, al encarnarse, de sufrir tal o cual prueba. Eligiéndola, se constituye una especie de destino, consecuencia de la misma posición en que se encuentra colocado. Hablo de las pruebas físicas; porque en cuanto a las morales y a la tentación, conservando el espíritu su libre albedrío en el bien y en el mal, es siempre dueño de ceder o de resistir. Un espíritu bueno, viéndole flaquear, puede venir en su ayuda; pero no influir en él hasta el punto de dominar su voluntad. Un espíritu malo, esto es, inferior, enseñándole y exagerándole un peligro físico, puede conmoverle y espantarle; pero no dejará por ello de quedar libre de toda traba a la voluntad del espíritu encarnado».
4º.- ¿Cuáles son las causas determinantes de los flagelos (o aflicciones) de la Humanidad?
"Son flagelos de la Humanidad: la violencia (principalmente guerras), uso incontenido de las drogas, desatinos sexuales, miseria y hambre y otros vicios; son actos que degradan a las personas que lo practican y transfieren a los semejantes grandes sufrimientos.
Las raíces de estos males son profundas: la injusticia, la ganancia, la codicia, el alejamiento de la criatura de su creador.
El Espiritismo es la Doctrina que aclara, encamina y nos libra de la ignorancia. Cuando empezamos a comprender que la conquista de la felicidad comienza en la práctica del bien, en los gestos de dar y no querer recibir nada a cambio, iniciaremos el proceso de liberación de los vicios y de los sufrimientos que azotan y flagelan a la sociedad humana".
5º.- ¿Por qué los hombres virtuosos sufren al lado de los malos que prosperan?
Dios quiere que todas las criaturas progresen. No hace falta alguna, por más leve que sea, ninguna infracción de su ley, que no acarree forzosas e inevitables consecuencias o correcciones. Debido a esto es deducido que el hombre es castigado siempre por sus faltas; el sufrimiento es siempre una advertencia de que procedió mal; es una diferencia existente entre el bien y el mal y la necesidad de mejorarse para, en un futuro, evitar las causas que le originó las amarguras.
El hombre, pues, no siempre es castigado completamente, en su existencia actual; pero no se escapa nunca de sus faltas. La prosperidad del hombre malo es apenas momentánea; si él no expía hoy, expiará mañana (conforme las reencarnaciones).
Aquel que sufre sin ningún motivo aparente, atrae consigo causas de una vida pasada, o causas anteriores a la existencia presente.
Puede también un Espíritu haber llegado a un grado elevación, deseoso de adelantarse más, solicitar una misión, o una tarea a ejecutar, por la cual tanto más recompensado será, si sale victorioso, cuanto más ruda haya sido la lucha. Tales son, especialmente, esas personas de instintos naturalmente buenos, de alma elevada, de nobles sentimientos innatos, que parecen nada de malo haber traído de sus precedentes existencias y que sufren, solamente pidiendo a Dios que las puedan soportar sin protestar o quejarse.
6º.- ¿Por lo que ya sabemos hasta aquí, toda acción, que es una causa, da origen a un efecto; la omisión y la ociosidad también puede causar daños al hombre?
La Doctrina Espírita nos enseña, que la Ley de Causa y Efecto es dinámica. Lo que importa es que hagamos el bien; o sea, si no se hace el bien ni el mal no quiere decir que nos estamos comportando bien; es decir, si no practicamos el mal, y dejamos de practicar el bien por omisión u ociosidad, vamos a caer en el error.
La Doctrina Espírita, que es consoladora y orientadora, dice, con todo, que nunca es tarde para recomenzar, y nos enseña:
"Ningún hijo de Dios fue creado para perderse o destruirse. Por más que se aproxime el comportamiento humano a las bajezas y a las acciones viles, habrá siempre la oportunidad de la reparación. La misericordia divina no tiene límites, ni la Sabiduría Infinita jamás será imposibilitada de ejercer su Soberana y amorosa Justicia".
AMOR, CARIDAD y TRABAJO
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2º.- ¿Existe diferencia entre "Ley de Causa y Efecto", y Karma?
Según Nazareno Tourinho, un conceptuado escritor espírita, en un artículo publicado en la Revista Espírita "Reformador", de la FEB. "algunos autores encarnados y desencarnados, admiradores del pensamiento oriental, concordando con el principio de la reencarnación, incluyen el "karma" en nuestro lenguaje doctrinario como algo equivalente a la Ley de Causa y Efecto.
No debemos atribuir al "karma", elemento vinculado al pasado, todos los sufrimientos tales como: desastres, enfermedades sin cura...etc., pues a cada instante, en realidad, podemos alterar el curso del destino".
"Las leyes de la vida, creadas por Dios, cuando algo es justo, estas son eminentemente misericordiosas y no fatalistas"; pero esto ya fue dicho "el Amor cubre la mayoría de pecados", en una fracción de minuto, con una noble decisión de conciencia, después convertida en acto, es posible al ser humano redimir años de mezquindad". "Karma" significa determinismo absoluto, "Ley de Causa y Efecto" significa determinismo relativo.
Tenemos que reparar nuestros errores del pasado (reparar; en el hablar de Divaldo Pereira Franco), pero que sea por el buen uso de nuestro libre albedrío.
Por ejemplo, si en el pasado, matamos con una espada, no necesariamente debemos morir con un golpe de espada; mejor que esto es auxiliar a nuestros semejantes que puedan vivir, o sea, salvar vidas con nuestras buenas acciones.
El único determinismo de "karma" nos conduce a la suposición de que el Espiritismo pliega o endosa la necesidad del dolor; y esto no es verdad".
Lo que el Espiritismo demuestra es la utilidad del dolor; cuando insistimos en el egoísmo, en el orgullo, en la vanidad y demás defectos perjudiciales contra nosotros".
En este caso, el Espiritismo nos enseña la práctica de la resignación adecuada para hacernos aceptar; sin desprecio, lo que nos sucede que, a primera vista, son desagradables, pero en esencia, son enriquecedoras de la personalidad.
3º.- ¿Existe alguna causa, o acción practicada por el hombre, que vaya en contra del libre albedrío?
Conforme a la pregunta 847 del Libro de los Espíritus, este hombre, que por ventura había sido, en otra existencia, orgulloso o había hecho mal uso de sus facultades, por el libre albedrío, puede renacer en el cuerpo de un idiota, o sea debilitado mentalmente, cuya inteligencia se encuentra turbada y ya no es dueño de su pensamiento, o un mal rico, renacer como un mendigo..., etc.; el Espíritu, por tanto, sufre conscientemente este cambio. Es el caso de las expiaciones físicas (orgánicas), también aclaradas en la pregunta 851 del Libro de los Espíritus:
P.- Existe fatalidad en los acontecimientos de la vida, según el sentido dado a aquella palabra, es decir, todos los sucesos están determinados anticipadamente, y si es así, ¿qué se hace el libre albedrío?
R.- «La fatalidad existe sólo en virtud de la elección que ha hecho el espíritu, al encarnarse, de sufrir tal o cual prueba. Eligiéndola, se constituye una especie de destino, consecuencia de la misma posición en que se encuentra colocado. Hablo de las pruebas físicas; porque en cuanto a las morales y a la tentación, conservando el espíritu su libre albedrío en el bien y en el mal, es siempre dueño de ceder o de resistir. Un espíritu bueno, viéndole flaquear, puede venir en su ayuda; pero no influir en él hasta el punto de dominar su voluntad. Un espíritu malo, esto es, inferior, enseñándole y exagerándole un peligro físico, puede conmoverle y espantarle; pero no dejará por ello de quedar libre de toda traba a la voluntad del espíritu encarnado».
4º.- ¿Cuáles son las causas determinantes de los flagelos (o aflicciones) de la Humanidad?
"Son flagelos de la Humanidad: la violencia (principalmente guerras), uso incontenido de las drogas, desatinos sexuales, miseria y hambre y otros vicios; son actos que degradan a las personas que lo practican y transfieren a los semejantes grandes sufrimientos.
Las raíces de estos males son profundas: la injusticia, la ganancia, la codicia, el alejamiento de la criatura de su creador.
El Espiritismo es la Doctrina que aclara, encamina y nos libra de la ignorancia. Cuando empezamos a comprender que la conquista de la felicidad comienza en la práctica del bien, en los gestos de dar y no querer recibir nada a cambio, iniciaremos el proceso de liberación de los vicios y de los sufrimientos que azotan y flagelan a la sociedad humana".
5º.- ¿Por qué los hombres virtuosos sufren al lado de los malos que prosperan?
Dios quiere que todas las criaturas progresen. No hace falta alguna, por más leve que sea, ninguna infracción de su ley, que no acarree forzosas e inevitables consecuencias o correcciones. Debido a esto es deducido que el hombre es castigado siempre por sus faltas; el sufrimiento es siempre una advertencia de que procedió mal; es una diferencia existente entre el bien y el mal y la necesidad de mejorarse para, en un futuro, evitar las causas que le originó las amarguras.
El hombre, pues, no siempre es castigado completamente, en su existencia actual; pero no se escapa nunca de sus faltas. La prosperidad del hombre malo es apenas momentánea; si él no expía hoy, expiará mañana (conforme las reencarnaciones).
Aquel que sufre sin ningún motivo aparente, atrae consigo causas de una vida pasada, o causas anteriores a la existencia presente.
Puede también un Espíritu haber llegado a un grado elevación, deseoso de adelantarse más, solicitar una misión, o una tarea a ejecutar, por la cual tanto más recompensado será, si sale victorioso, cuanto más ruda haya sido la lucha. Tales son, especialmente, esas personas de instintos naturalmente buenos, de alma elevada, de nobles sentimientos innatos, que parecen nada de malo haber traído de sus precedentes existencias y que sufren, solamente pidiendo a Dios que las puedan soportar sin protestar o quejarse.
6º.- ¿Por lo que ya sabemos hasta aquí, toda acción, que es una causa, da origen a un efecto; la omisión y la ociosidad también puede causar daños al hombre?
La Doctrina Espírita nos enseña, que la Ley de Causa y Efecto es dinámica. Lo que importa es que hagamos el bien; o sea, si no se hace el bien ni el mal no quiere decir que nos estamos comportando bien; es decir, si no practicamos el mal, y dejamos de practicar el bien por omisión u ociosidad, vamos a caer en el error.
La Doctrina Espírita, que es consoladora y orientadora, dice, con todo, que nunca es tarde para recomenzar, y nos enseña:
"Ningún hijo de Dios fue creado para perderse o destruirse. Por más que se aproxime el comportamiento humano a las bajezas y a las acciones viles, habrá siempre la oportunidad de la reparación. La misericordia divina no tiene límites, ni la Sabiduría Infinita jamás será imposibilitada de ejercer su Soberana y amorosa Justicia".
AMOR, CARIDAD y TRABAJO
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