MANIFESTACIONES FÍSICAS HOY
Hoy, como ayer, las
manifestaciones físicas espirituales siguen siendo iguales que las de antaño.
Aunque, no se nos escapa que hubo un tiempo que fueron más necesarias, ya que
detrás de ellas, había un mundo invisible que quería manifestarse y comunicarse
con nosotros. El trabajo quedaba en nuestras manos, había que investigarlas y
analizarlas para sacar conclusiones científicas, filosóficas y morales.
Hoy en día, después de más de un
siglo y medio de las publicaciones de los libros de los espíritus y de los médiums,
por parte del pedagogo Allan Kardec, luego de haber ido estudiando y
comprendiendo dichos libros, ya no necesitamos en los centros espíritas de
mesas giratorias, ni de objetos que levitan o de instrumentos musicales que
cobraban vida propia. Atrás quedaron los grandes médiums de efectos físicos
como Daniel Dunglas Home, el médium volador, llamado así por la capacidad que
tenía de levitar; o la médium Srta. Florence Cook, que permitía que se manifestara
el espíritu de Katie King y que fue objeto de numerosos estudios por parte del
notable científico Sir William Crookes; también debemos señalar las
materializaciones espirituales y aportes de diversas plantas que realizaba la
médium madame D´Esperance, estudiando dicha fenomenología el ilustre científico
Alexandre Arsakof.
Como en el universo, todo
evoluciona y por ello el espiritismo lo hace también. Después del conocimiento
que nos ha sido legado, el trabajo mediúmnico en las casas espíritas, está más
enfocado hoy en día al esclarecimiento, a la asistencia y al consuelo de
espíritus que lo necesitan. Bien es verdad que estos trabajos son de gran ayuda
para nosotros, ya que somos también beneficiados de dichas experiencias, sobre
todo en lo que concierne a la reforma moral propia.
¿Y fuera de nuestros centros
espíritas, cómo serán las manifestaciones físicas hoy?
En este sentido, pensamos en que
nada ha cambiado. Los hechos más frecuentes siguen siendo los producidos por
golpes y ruidos dentro de las casas. Producidos, por un lado, por espíritus que
no son conscientes de dichos efectos y que ni siquiera muchas veces saben que
pertenecen al mundo invisible, creyendo ocuparse de los asuntos cotidianos que
realizaban cuando pertenecían al mundo material.
Otros casos más comunes son,
cuando los espíritus solamente tienen la buena intención de comunicarse con los
habitantes de la casa.
Y, por otro lado, están los espíritus
frívolos, conscientes completamente en saber lo que hacen. Abriendo y cerrando
puertas y armarios, apagando y encendiendo luces y aparatos electrónicos,
escondiendo objetos o desplazándolos al suelo, etc... Y así, pasan el tiempo
divirtiéndose a costa del miedo que puedan sentir los moradores, o incluso por
provocar discusiones entre los habitantes de la casa, cuando éstos se preguntan
el porqué de estos acontecimientos. Estos espíritus ociosos suelen ir en
pandillas, siendo más frívolos que malvados.
Otra cosa son los espíritus que
obran estos fenómenos siguiendo el móvil de la venganza sobre los encarnados,
provocando efectos físicos más violentos si cabe, como alborotos y
perturbaciones de consideración.
Lo primero que debemos tener en
cuenta, es que la causa de estos fenómenos sea algo completamente normal, y solamente
admitir que el origen sea provocado por los espíritus, cuando tengamos el pleno
convencimiento de ello.
Textos extraídos de:
Revista Espírita de la Federación Espírita Española
AMOR,
CARIDAD y TRABAJO
Revista Espírita de la Federación Espírita Española
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