DESAFECTOS
MALQUERENCIAS
Demostrado está ya por la ciencia médica, el efecto que en la salud del cuerpo (y nosotros decimos que también en la salud del alma) producen los estados afectivos y emocionales. La ansiedad, angustia, rencores, malquerencias, etc., sostenidos; son causa de alteraciones en el metabolismo así como en los sistemas glandulares y nerviosos, produciendo diversos estados enfermizos y psicopatológicos. Ciertos sectores de la medicina, sostienen ya, que estos estados influyen en la eclosión de la úlcera estomacal y el cáncer; pero, debemos aclarar que no son causa.
En todas partes nos hemos de ver enfrentados por nuestra propia conciencia. Si honramos a nuestros amigos por el incentivo y por el júbilo que nos proporcionan, agradezcamos a nuestros adversarios gratuitos la osadía con que nos ponen de manifiesto nuestras necesidades. Los que nos aman, destacan nuestras excelentes cualidades de servicio ya hecho, en la individualidad imperecedera; y los que no nos tienen estimación, indican, con ruda franqueza, las imperfecciones que aun conservamos con nosotros. Los que nos quieren y los que simpatizan con nosotros, se callan con respecto a las sombras que nos rodean, pero los contendientes y los desafectos, las develan en nuestro provecho, siempre que tengamos suficiente serenidad para buscar los intereses del Señor y no los nuestros. En la capacidad de tolerar las observaciones amargas, reside la base de nuestra propia iluminación. El progreso es obra del esfuerzo mutuo.
Aquellas personas que creen que al morir todo se termina, una gran sorpresa les espera. Ignorantes de su propia realidad existencial e imperecedera, la mayoría de los humanos limitan su vida a lo tangible, y buscando el placer van creando necesidades artificiales, terminando por convertirse imperceptiblemente en esclavos de las mismas. Alejados del verdadero camino de la Vida (la vida humana como realización), no disfrutan de las maravillas que ésta les ofrece. El amor sentido y realizado, que es fuente inagotable de armonía y felicidad, es desalojado por el egoísmo y la ambición, que crean rivalidades y estados afectivos perturbadores de enconos y malquerencias, que envenenan las almas; y el hombre se vuelve contra el hombre, transformando su vida en un tormento.
Cuando “entramos” en nuestro cuerpo físico nos olvidamos de nuestra estancia en el Mundo Espiritual, eso acontece tanto en el fenómeno del nacimiento, cómo cuando nos despertamos del sueño. Ese olvido no es completo, las impresiones del mundo espiritual perduran en nuestro inconsciente y afloran en nuestra vida cotidiana, trayéndonos conocimientos que parecen innatos, simpatías y antipatías aparentemente gratuitas, sensaciones de ya conocer lugares o personas que en esta encarnación estamos viendo por primera vez.
En verdad ese olvido es parcial, olvidamos fechas, nombres, acontecimientos, pero las virtudes, los talentos, los afectos y desafectos se quedan registrados en nuestro espíritu originando las virtudes, defectos, afectos y desafectos innatos.
¿Por qué sin razón aparente, simpatizamos o no con ciertas personas, incluso familiares?
Estos sentimientos pueden revelar simpatías de vidas pasadas o discordias y desentendimientos anteriores.
Hagamos de la presente encarnación ocasión para fortalecer lazos de amistad y superar desafectos y malquerencias.
La encarnación entre antiguos desafectos es oportunidad que la misericordia infinita de Dios nos concede, para expiar faltas pasadas y llegar más rápidamente hasta Él.
¿Alguien te disgusta? Reinicia el esfuerzo de la buena comprensión.
¿Alguien no te entiende? Persevera en demostrar los intentos más nobles.
Déjate revivir, cada día, en la corriente cristalina e incesante del bien.
No podemos esperar la perfección para ayudar al hermano que sufre. Es exactamente porque aun somos tan imperfectos como él, que estamos en condiciones de servirlo más de cerca. Muchos son los desafectos antiguos, que aún no nos perdonaron. Es aquí que vemos el valor de la palabra sabia de Jesús:
- Reconcíliate con tu adversario, mientras estas con él en el camino.
¿Qué debemos entender por dicha expresión?
Que debemos reconciliarnos con nuestros adversarios, mientras estemos viviendo uno al lado del otro, en la condición de espíritus encarnados; solamente así aprovecharemos las oportunidades que la Misericordia de Dios nos concede de reparar las faltas cometidas contra nuestros hermanos en encarnaciones pasadas.
Muchas de las enemistades de hoy son frutos de malquerencias pasadas, que nos compete superar por el perdón y por la conciliación.
Cuando analizamos serenamente, el comienzo o motivo que dio origen a una malquerencia, apreciamos con asombro que es la falta de amor, ese sentimiento que nos hace ser comprensivos para con las imperfecciones de nuestros semejantes (ya que si miramos hacia dentro de nosotros mismos, también las encontramos en mayor o menor grado).
La falta de amor, es la que realmente permitió penetrar en el alma tal sentimiento o condición; que suele degenerar en pasión, y que luego mantendrá al individuo en desarmonía frecuente. Las malquerencias son una consecuencia de lo anterior: resentimientos y rencores por haber dado cabida a esos dos aspectos pasionales absurdos y funestos.
Para no caer en el estado perturbador de cualquier pasión, es necesario controlar las emociones a fin de dominar los impulsos; ya que, es axiomático en psicología, que las emociones profundizan por repetición.
Necesario es evitar caer en el fanatismo, que lleva al individuo a la intransigencia. Necesario es respetar la opinión de los demás y considerar que tienen el mismo derecho que uno. Necesario es vigilar constantemente nuestros sentimientos, pensamientos y reacciones, ya que ellos motivan nuestros actos. Y no permitir, en ningún momento, explosión emocional alguna, ni obcecación en nuestras ideas y creencias.
Sólo cuando hayamos llegado al control de nuestra emotividad, podremos dominar nuestras reacciones y nuestros actos. Sólo cuando la facultad rectora y directriz de la Mente sea capaz de controlar y dirigir nuestros pensamientos y sentimientos; sólo entonces llegaremos a vernos libres de esos y otros estados afectivos negativos, causantes de tanta desdicha, fracaso y dolor. Porque, entonces habrá una completa armonía mental emocional y seremos rectores de nuestros propios destinos.
Tengamos siempre presente que, todo sentimiento ruin produce una vibración negativa, que además de impregnar el alma y el cuerpo físico de magnetismo mórbido, atrae por afinidad a entidades maléficas del astral inferior que, al acercarse por sintonía vibratoria, avivan esa pasión e impregnan el aura de fluidos ponzoñosos.
Sólo los espíritus débiles y las personas ignorantes, caen víctimas de esas pasiones. Mantengámonos fuertes. Controlemos las emociones para no dar cabida nunca en nuestra alma a pasiones y sentimientos mezquinos y negativos, que retardan nuestro progreso y evolución.
Mantengámonos en armonía. Tened presente que, la vida debe ser una constante conquista. Y para ello, necesario es vigilar y controlar los pensamientos y sentimientos. La mayoría de las personas que viven de amarguras, ellas mismas son quienes, inconsciente e involuntariamente con pensamientos negativos de temor, recuerdos desagradables, actitud pesimista, etc.; así como malquerencias, rencores, envidias, celos, resabios, etc.; amargan su vida tontamente; por lo que es completamente indispensable expulsar de la mente toda clase de pensamientos y sentimientos negativos, sustituyéndolos por los correspondientes positivos.
Cuando aprendemos a amar sin reservas, desinteresadamente; cuando conseguimos amar sin exigencias, con desprendimiento; cuando existiere en nosotros el amor en toda su plenitud, amor que se irradia para toda la Humanidad, entonces no habrá odios, y malquerencias, guerras y disputas, desafectos y obsesores.
Renace ahora en tus propósitos, deliberaciones y actitudes, trabajando para superar los obstáculos que te rodean y alcanzando la anticipación de la victoria sobre ti mismo, en el tiempo…
Más vale auxiliar, aun hoy, que ser auxiliado mañana.
Bibliografía:
-3 Enfoques sobre la reencarnación
de Sebastián de Arauco
-Diálogo con las sombras de Herminio
C. Miranda
-Guía sistematizada para el estudio
en grupo del evangelio según el espiritismo
-Fuente viva de Francisco Cándido
Xavier
-Doctrina espírita, breve
información de Edison Carneiro
-Obsesión y desobsesión de Suely
Caldas Schubert
-Temario del conocimiento espiritual
I de Sebastián de Arauco
-Volví de Francisco
Cándido Xavier
AMOR, CARIDAD y TRABAJO