NADA TE TURBE
(SANTA TERESA DE ÁVILA)
Nada te turbe,
nada te espante, todo se pasa, Dios no se muda; la paciencia todo lo alcanza; quien a Dios tiene nada le falta: Sólo Dios basta. Eleva tu pensamiento, al cielo sube, por nada te acongojes, nada te turbe. A Jesucristo sigue con pecho grande, y, venga lo que venga, nada te espante. ¿Ves la gloria del mundo? Es gloria vana; nada tiene de estable, todo se pasa. Aspira a lo celeste, que siempre dura;
fiel y rico en promesas,
Dios no se muda. |
Ámala cual merece
bondad inmensa; pero no hay amor fino sin la paciencia. Confianza y fe viva mantenga el alma, que quien cree y espera todo lo alcanza. Del infierno acosado aunque se viere, burlará sus furores quien a Dios tiene. Vénganle desamparos, cruces, desgracias; siendo Dios tu tesoro nada te falta. Id, pues, bienes del mundo; id dichas vanas; aunque todo lo pierda, sólo Dios basta. |
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VIVO
SIN VIVIR EN MÍ
Vivo sin vivir en mí
Y tan alta vida espero Que muero porque no muero.
Vivo ya fuera de mí,
Después que muero de amor; Porque vivo en el Señor, Que me quiso para sí: Cuando el corazón le di Puso en él este letrero, Que muero porque no muero.
Esta divina prisión,
Del amor con que yo vivo, Ha hecho a Dios mi cautivo, Y libre mi corazón; Y causa en mí tal pasión Ver a Dios mi prisionero, Que muero porque no muero.
¡Ay, qué larga es esta vida!
¡Qué duros estos destierros! ¡Esta cárcel, estos hierros En que el alma está metida! Sólo esperar la salida Me causa dolor tan fiero, Que muero porque no muero.
¡Ay, qué vida tan amarga
Donde no se goza el Señor! Porque si es dulce el amor, No lo es la esperanza larga: Quíteme Dios esta carga, Más pesada que el acero, Que muero porque no muero. |
Sólo con la confianza
Vivo de que he de morir, Porque muriendo el vivir Me asegura mi esperanza; Muerte donde el vivir se alcanza, No te tardes, que te espero, Que muero porque no muero.
Mira que el amor es fuerte;
Vida no me seas molesta, Mira que sólo te resta, Para ganarte, perderte; Venga ya la dulce muerte, El morir venga ligero Que muero porque no muero.
Aquella vida de arriba,
Que es la vida verdadera, Hasta que esta vida muera, No se goza estando viva: Muerte, no me seas esquiva; Viva muriendo primero, Que muero porque no muero.
Vida, ¿qué puedo yo darte
A mi Dios, que vive en mí, Si no es el perderte a ti, Para merecer ganarte? Quiero muriendo alcanzarte, Pues tanto a mi amado quiero, Que muero porque no muero. |
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ORACIÓN PARA ENFERMOS:
Prefacio:
Las enfermedades
son parte de las pruebas y de las vicisitudes terrestres; son inherentes a lo
grosero de nuestra naturaleza material y a la inferioridad del mundo que
habitamos. Las pasiones y los excesos de todas clases siembran en nosotros
gérmenes malsanos, muchas veces hereditarios. En mundos más avanzados física y
moralmente, el organismo humano, más purificado y menos material, no está
sujeto a las mismas dolencias, y el cuerpo no está minado sordamente por los
estragos de las pasiones. (Cap. III, núm. 9). Es menester, pues, resignarse a
sufrir las consecuencias del centro en que nos coloca nuestra inferioridad,
hasta que hayamos merecido cambiarlo. Entretanto no debe esto impedirnos hacer
lo que dependa de nosotros para mejorar nuestra posición actual; pero si a
pesar de nuestros esfuerzos no podemos conseguirlo, el Espiritismo nos enseña a
soportar con resignación nuestros males pasajeros.
Si Dios no hubiese querido que los sufrimientos corporales fueran disipados o aliviados en ciertos casos, no hubiese puesto medios curativos a nuestra disposición; su previsora solicitud, con respecto a esto, acorde con el instinto de conservación, indica que está en nuestro deber el buscarlos y aplicarlos.
Al lado de la medicación ordinaria elaborada por la ciencia, el magnetismo nos ha hecho conocer el poder de la oración fluídica; después el Espiritismo ha venido a revelarnos otra fuerza en la "mediumnidad curativa" y la influencia de la oración.
(Véase la "Oración" núm. 8 del Evangelio según el Espiritismo)
Para mi curación me someto a vuestra infinita misericordia; si os place volverme la salud, que vuestro santo nombre sea bendito; si por el contrario debo sufrir aún, que así mismo sea bendito; me someto sin murmurar a vuestros divinos decretos, porque todo lo que haréis no puede tener otro objeto que el bien de vuestras criaturas.
Haced, Dios mío, que esta enfermedad sea para mí un aviso saludable y me haga poner sobre mí mismo; la acepto como una expiación del pasado y como una prueba para mi fe y sumisión a vuestra santa voluntad.
(Véase la Oración número 40 del Evangelio según el Espiritismo)
Espíritus buenos, ministros del Todopoderoso, os ruego que secundéis mi deseo de aliviarle; haced que mi oración vaya a derramar un bálsamo saludable en su cuerpo y el consuelo en su alma.
Inspiradle la paciencia y la sumisión a la voluntad de Dios, dadle fuerza para sobrellevar sus dolores con resignación cristiana a fin de que no pierda el fruto de esta prueba.
(Véase la Oración número 57 del Evangelio según el Espiritismo)
ORACIÓN DE ACCIÓN DE GRACIAS POR UN FAVOR CONCEDIDO:
Vos, mi buen hermano protector que me protegéis y deseáis mi felicidad, separad de mi pensamiento todo sentimiento de envidia y de celos.
ORACIÓN PARA LAS ALMAS QUE SUFREN Y PIDEN ORACIONES:
(Capítulo XXVII, números 9, 18 y siguientes del Evangelio según el Espiritismo).
Oración para un hermano necesitado en particular:
Dios clemente y
misericordioso, haced que vuestra bondad se extienda sobre todos los espíritus
que desean nuestras oraciones, y particularmente sobre el alma de N...
Espíritus buenos cuya única ocupación es el bien, interceded conmigo para su alivio. Haced que resplandezca a sus ojos un rayo de esperanza, y que la divina luz les ilumine y les haga ver las imperfecciones que les alejan de la morada de los bienaventurados. Abrid su corazón al arrepentimiento. Hacedles comprender que por su esfuerzo pueden abreviar el tiempo de sus pruebas.
¡Que Dios con su bondad les dé fuerza para perseverar en sus buenas resoluciones!
Que estas palabras benévolas puedan mitigar sus penas demostrándoles que hay en la tierra quien toma parte en ellas y que desea su felicidad.
Os rogamos igualmente, Padre de misericordia, por aquellos de nuestros hermanos que no han tenido la fuerza de sobrellevar las pruebas terrestres. Vos nos dais una carga para llevar, Señor, y nosotros sólo debemos depositarla a vuestros pies; pero nuestra debilidad es grande y el valor nos falta algunas veces por el camino. Tened piedad de estos servidores indolentes que han abandonado la obra antes de tiempo; que vuestra justicia les excuse y permita a vuestros buenos espíritus llevarles el alivio, los consuelos y la esperanza del porvenir. La vista del perdón fortifica el alma; mostradlo, Señor, a los culpables que desesperan, y sostenidos por esta esperanza sacarán fuerza del mismo cúmulo de sus faltas y de sus sufrimientos para rescatar su pasado y prepararse a conquistar el porvenir.
ORACIÓN PARA LOS QUE ESTÁN EN LA AFLICCIÓN:
Con es objeto, pues, es menester dirigir todos los esfuerzos ya sea llamando a los buenos espíritus, ya sea aumentando uno mismo la moral del afligido por medio de consejos y animándole, o ya sea, en fin, asistiéndole materialmente si se puede. La oración en este caso, puede además, tener un efecto directo, dirigiendo sobre la persona una corriente fluídica con la mira de fortificar su moral.
(Cap. V, núms. 5 y 27; capítulo XXVII, núms. 6 y 10 del Evangelio según el Espiritismo).
Si Dios no hubiese querido que los sufrimientos corporales fueran disipados o aliviados en ciertos casos, no hubiese puesto medios curativos a nuestra disposición; su previsora solicitud, con respecto a esto, acorde con el instinto de conservación, indica que está en nuestro deber el buscarlos y aplicarlos.
Al lado de la medicación ordinaria elaborada por la ciencia, el magnetismo nos ha hecho conocer el poder de la oración fluídica; después el Espiritismo ha venido a revelarnos otra fuerza en la "mediumnidad curativa" y la influencia de la oración.
(Véase la "Oración" núm. 8 del Evangelio según el Espiritismo)
Oración.
(Para que la diga el enfermo):
Señor, vos sois
la suma justicia; la enfermedad que habéis querido enviarme debo merecerla,
porque vos jamás afligís sin causa.Para mi curación me someto a vuestra infinita misericordia; si os place volverme la salud, que vuestro santo nombre sea bendito; si por el contrario debo sufrir aún, que así mismo sea bendito; me someto sin murmurar a vuestros divinos decretos, porque todo lo que haréis no puede tener otro objeto que el bien de vuestras criaturas.
Haced, Dios mío, que esta enfermedad sea para mí un aviso saludable y me haga poner sobre mí mismo; la acepto como una expiación del pasado y como una prueba para mi fe y sumisión a vuestra santa voluntad.
(Véase la Oración número 40 del Evangelio según el Espiritismo)
Oración para un hermano necesitado en particular:
Dios mío,
vuestras miras son impenetrables y en vuestra sabiduría habréis creído deber
afligir a N... con la enfermedad. Os suplico echéis una mirada de compasión
sobre sus sufrimientos y os dignéis ponerles un término.Espíritus buenos, ministros del Todopoderoso, os ruego que secundéis mi deseo de aliviarle; haced que mi oración vaya a derramar un bálsamo saludable en su cuerpo y el consuelo en su alma.
Inspiradle la paciencia y la sumisión a la voluntad de Dios, dadle fuerza para sobrellevar sus dolores con resignación cristiana a fin de que no pierda el fruto de esta prueba.
(Véase la Oración número 57 del Evangelio según el Espiritismo)
Oración para varios hermanos necesitados:
Dios nuestro,
vuestras miras son impenetrables y en vuestra sabiduría habréis creído deber
afligir a los hermanos que hemos asistido con la enfermedad. Os suplicamos
echéis una mirada de compasión sobre sus sufrimientos y os dignéis ponerles un
término.
Espíritus
buenos, ministros del Todopoderoso, os rogamos que secundéis nuestros deseos de
aliviarles; haced que nuestra oración vaya a derramar un bálsamo saludable en
sus cuerpos y el consuelo en sus almas.
Inspiradles la paciencia y la sumisión a la voluntad de Dios, dadles fuerzas para sobrellevar sus dolores con resignación cristiana a fin de que no pierdan el fruto de estas pruebas.
Inspiradles la paciencia y la sumisión a la voluntad de Dios, dadles fuerzas para sobrellevar sus dolores con resignación cristiana a fin de que no pierdan el fruto de estas pruebas.
ORACIÓN DE ACCIÓN DE GRACIAS POR UN FAVOR CONCEDIDO:
Prefacio:
El que no está
dominado por el egoísmo se alegra del bien del prójimo, aun cuando no lo haya
solicitado por la oración.
Oración:
Dios mío,
bendito seáis por la felicidad que habéis concedido a N... Espíritus buenos,
haced que vea en ella un efecto de la bondad de Dios. Si el bien que se le
concede es una prueba, inspiradle el pensamiento de que haga de él un buen uso
y no para que le sirva de vanidad, con el fin de que este bien no sea en
perjuicio suyo en el porvenir.Vos, mi buen hermano protector que me protegéis y deseáis mi felicidad, separad de mi pensamiento todo sentimiento de envidia y de celos.
ORACIÓN PARA LAS ALMAS QUE SUFREN Y PIDEN ORACIONES:
Prefacio:
Para comprender
el alivio que la oración puede procurar a los espíritus que sufren, es menester
referirse a su modo de acción, que se ha explicado más arriba. El que está
penetrado de esta verdad, ruega con más fervor por la certeza de que no ruega
en vano.(Capítulo XXVII, números 9, 18 y siguientes del Evangelio según el Espiritismo).
Oración para un hermano necesitado en particular:
Espíritus buenos cuya única ocupación es el bien, interceded conmigo para su alivio. Haced que resplandezca a sus ojos un rayo de esperanza, y que la divina luz les ilumine y les haga ver las imperfecciones que les alejan de la morada de los bienaventurados. Abrid su corazón al arrepentimiento. Hacedles comprender que por su esfuerzo pueden abreviar el tiempo de sus pruebas.
¡Que Dios con su bondad les dé fuerza para perseverar en sus buenas resoluciones!
Que estas palabras benévolas puedan mitigar sus penas demostrándoles que hay en la tierra quien toma parte en ellas y que desea su felicidad.
Oración para varios hermanos necesitados:
Os suplicamos,
Señor, que derraméis sobre todos los que sufren, sea en el espacio como
espíritus errantes, sea entre nosotros como espíritus encarnados, las gracias
de vuestro amor y de vuestra misericordia. Tened compasión de nuestras
debilidades. Vos nos habéis hecho falibles, pero nos habéis dado la fuerza para
resistir al mal y vencerlo. Que vuestra misericordia se extienda sobre todos
los que no han podido resistir a sus malas inclinaciones y están aún
arrastrándose en un mal camino. Que vuestros buenos espíritus les rodeen; que
vuestra luz resplandezca a sus ojos, y que, atraídos por un calor vivificante,
vengan a prosternarse a vuestros pies, humildes, arrepentidos y sumisos.Os rogamos igualmente, Padre de misericordia, por aquellos de nuestros hermanos que no han tenido la fuerza de sobrellevar las pruebas terrestres. Vos nos dais una carga para llevar, Señor, y nosotros sólo debemos depositarla a vuestros pies; pero nuestra debilidad es grande y el valor nos falta algunas veces por el camino. Tened piedad de estos servidores indolentes que han abandonado la obra antes de tiempo; que vuestra justicia les excuse y permita a vuestros buenos espíritus llevarles el alivio, los consuelos y la esperanza del porvenir. La vista del perdón fortifica el alma; mostradlo, Señor, a los culpables que desesperan, y sostenidos por esta esperanza sacarán fuerza del mismo cúmulo de sus faltas y de sus sufrimientos para rescatar su pasado y prepararse a conquistar el porvenir.
ORACIÓN PARA LOS QUE ESTÁN EN LA AFLICCIÓN:
Prefacio:
Si está en el
interés del afligido que su prueba siga su curso, no se abreviará por nuestra
demanda; pero sería impiedad el desanimarse porque la súplica no sea atendida;
además, en defecto de la cesación de la prueba, se puede esperar obtener algún
otro consuelo que atempere la amargura lo que es verdaderamente útil para el
que sufre, es el valor y la resignación, sin lo cual lo que sufre es sin
provecho para él, porque estará obligado a empezar de nuevo la prueba.Con es objeto, pues, es menester dirigir todos los esfuerzos ya sea llamando a los buenos espíritus, ya sea aumentando uno mismo la moral del afligido por medio de consejos y animándole, o ya sea, en fin, asistiéndole materialmente si se puede. La oración en este caso, puede además, tener un efecto directo, dirigiendo sobre la persona una corriente fluídica con la mira de fortificar su moral.
(Cap. V, núms. 5 y 27; capítulo XXVII, núms. 6 y 10 del Evangelio según el Espiritismo).
Oración para un hermano necesitado en particular:
Dios mío, cuya
bondad es infinita, dignaos aliviar la amarga posición de N... si tal es
vuestra voluntad.
Espíritus buenos, en nombre de Dios todopoderoso, os suplico que le asistáis en sus aflicciones, si algo puede hacerse en interés suyo, haciéndole comprender que son necesarias para su adelantamiento. Dadle confianza en Dios y en el porvenir, y se le harán menos duras. Dadle también fuerza para que no sucumba a la desesperación; porque perdería el fruto y haría que su posición futura fuera más penosa. Conducid mi pensamiento hacia él y que le ayude a sostener su ánimo.
Espíritus buenos, en nombre de Dios todopoderoso, os suplico que le asistáis en sus aflicciones, si algo puede hacerse en interés suyo, haciéndole comprender que son necesarias para su adelantamiento. Dadle confianza en Dios y en el porvenir, y se le harán menos duras. Dadle también fuerza para que no sucumba a la desesperación; porque perdería el fruto y haría que su posición futura fuera más penosa. Conducid mi pensamiento hacia él y que le ayude a sostener su ánimo.
Oración para varios hermanos necesitados:
Dios nuestro,
cuya bondad es infinita, dignaos aliviar las amargas posiciones de nuestros
hermanos enfermos y desencarnados que vamos a nombrar si tal es vuestra
voluntad.
Espíritus buenos, en nombre de Dios todopoderoso, os suplicamos que les asistáis en sus aflicciones, si algo puede hacerse en interés de estos hermanos, haciéndoles comprender que son necesarias para sus adelantamientos. Dadles confianza en Dios y en el porvenir, y se les harán menos duras. Dadles también fuerza para que no sucumban a la desesperación; porque perderían el fruto y harían que sus posiciones futuras fueran más penosas. Conducid nuestros pensamientos hacia ellos y que les ayudemos a sostener sus ánimos.
Espíritus buenos, en nombre de Dios todopoderoso, os suplicamos que les asistáis en sus aflicciones, si algo puede hacerse en interés de estos hermanos, haciéndoles comprender que son necesarias para sus adelantamientos. Dadles confianza en Dios y en el porvenir, y se les harán menos duras. Dadles también fuerza para que no sucumban a la desesperación; porque perderían el fruto y harían que sus posiciones futuras fueran más penosas. Conducid nuestros pensamientos hacia ellos y que les ayudemos a sostener sus ánimos.
Oración personal al Padre:
En vuestras aflicciones, levantad siempre los ojos al Cielo y decid desde el fondo de vuestro corazón:
"¡Padre mío, curadme, pero haced que mi alma se cure antes que las enfermedades del cuerpo; que mi alma sea castigada si es necesario, para que mi alma elevada hacia vos tenga la blancura de cuando la creasteis!"
"¡Padre mío, curadme, pero haced que mi alma se cure antes que las enfermedades del cuerpo; que mi alma sea castigada si es necesario, para que mi alma elevada hacia vos tenga la blancura de cuando la creasteis!"
ORACIONES PARA ENFERMOS OBSESADOS:
Prefacio:
La obsesión es
la acción persistente que un espíritu malo ejerce sobre un individuo. Presenta
caracteres muy diferentes, desde la simple influencia moral, sin señales
exteriores sensibles, hasta la perturbación completa del organismo y de las
facultades mentales. Altera todas las facultades medianímicas, y en la
mediumnidad por la escritura, se conoce por la obstinación de un espíritu en
manifestarse, con exclusión de todos los otros.
Los espíritus malos pululan alrededor de la Tierra a consecuencia de la inferioridad moral de sus habitantes. Su acción malhechora forma parte de las plagas que la humanidad sufre en la tierra. La obsesión, como las enfermedades y todas las atribuciones de la vida, debe, pues, ser considerada como una prueba o una expiación, aceptada como tal.
De la misma manera que las enfermedades son resultado de las imperfecciones físicas que hacen al cuerpo accesible a las influencias perniciosas exteriores, la obsesión lo es siempre de una imperfección moral que da acceso a uno o varios espíritus malos. A una causa física, se opone otra fuerza física; a una causa moral, es preciso poner otra fuerza moral. Para precaver las enfermedades se fortifica el cuerpo; para precaverse de la obsesión, es preciso fortificar el alma. De esto se deduce que el obsesado debe trabajar por su propio mejoramiento, lo que muchas veces basta para desembarazarse del obsesor sin el socorro de personas extrañas. Este socorro se hace necesario cuando la obsesión degenera en subyugación y en posesión, porque entonces el paciente pierde a veces su voluntad y su libre albedrío. La obsesión es casi siempre producto de una venganza ejercida por un espíritu, y lo más a menudo tiene su origen en las relaciones que el obsesado ha tenido con él en una existencia precedente.
(Cap. X, núm. 6; cap. XII, núms. 5 y 6 del Evangelio según el Espiritismo).
En los casos de obsesión grave, el obsesado está como envuelto e impregnado de un fluido pernicioso que neutraliza la acción de los fluidos saludables y los rechaza. De este fluido es preciso desembarazarle, y un mal fluido no puede ser rechazado por otro fluido malo.
Por una acción idéntica a la de un médium curandero, en el caso de enfermedad, es menester expulsar el fluido malo con la ayuda de un fluido mejor, que en cierto modo produce el efecto de un reactivo. Esta es la acción mecánica, pero no basta: también, y sobre todo es necesario "obrar sobre el ser inteligente", al que es preciso tener el derecho de hablar con autoridad, y esta autoridad corresponde sólo a la superioridad moral; cuanto más grande es ésta, tanto mayor es la autoridad.
Es necesario hacer más; para asegurar el libramiento, es preciso conducir al espíritu perverso a renunciar a sus malos designios, es menester hacer nacer en él el arrepentimiento y deseo del bien, con ayuda de instrucciones hábilmente dirigidas en evocaciones particulares hechas con la mira de la educación moral; entonces puede tenerse la doble satisfacción de librar a un encarnado y de convertir a un espíritu imperfecto.
La tarea se hace más fácil cuando el obsesado, comprendiendo su situación, presta su concurso con la voluntad y la oración; no sucede lo mismo cuando está seducido por el espíritu engañador, cuando se hace ilusiones sobre las cualidades del que le domina, complaciéndose en el error en que le tiene este último, porque entonces, lejos de secundar, rechaza toda asistencia. Es el caso de la fascinación, siempre infinitamente más rebelde que la subyugación más violenta.
("Libro de los Médiums", cap. XXIII).
En todos los casos de obsesión, la oración es un poderoso auxiliar para obrar contra el espíritu obsesor.
Los espíritus malos pululan alrededor de la Tierra a consecuencia de la inferioridad moral de sus habitantes. Su acción malhechora forma parte de las plagas que la humanidad sufre en la tierra. La obsesión, como las enfermedades y todas las atribuciones de la vida, debe, pues, ser considerada como una prueba o una expiación, aceptada como tal.
De la misma manera que las enfermedades son resultado de las imperfecciones físicas que hacen al cuerpo accesible a las influencias perniciosas exteriores, la obsesión lo es siempre de una imperfección moral que da acceso a uno o varios espíritus malos. A una causa física, se opone otra fuerza física; a una causa moral, es preciso poner otra fuerza moral. Para precaver las enfermedades se fortifica el cuerpo; para precaverse de la obsesión, es preciso fortificar el alma. De esto se deduce que el obsesado debe trabajar por su propio mejoramiento, lo que muchas veces basta para desembarazarse del obsesor sin el socorro de personas extrañas. Este socorro se hace necesario cuando la obsesión degenera en subyugación y en posesión, porque entonces el paciente pierde a veces su voluntad y su libre albedrío. La obsesión es casi siempre producto de una venganza ejercida por un espíritu, y lo más a menudo tiene su origen en las relaciones que el obsesado ha tenido con él en una existencia precedente.
(Cap. X, núm. 6; cap. XII, núms. 5 y 6 del Evangelio según el Espiritismo).
En los casos de obsesión grave, el obsesado está como envuelto e impregnado de un fluido pernicioso que neutraliza la acción de los fluidos saludables y los rechaza. De este fluido es preciso desembarazarle, y un mal fluido no puede ser rechazado por otro fluido malo.
Por una acción idéntica a la de un médium curandero, en el caso de enfermedad, es menester expulsar el fluido malo con la ayuda de un fluido mejor, que en cierto modo produce el efecto de un reactivo. Esta es la acción mecánica, pero no basta: también, y sobre todo es necesario "obrar sobre el ser inteligente", al que es preciso tener el derecho de hablar con autoridad, y esta autoridad corresponde sólo a la superioridad moral; cuanto más grande es ésta, tanto mayor es la autoridad.
Es necesario hacer más; para asegurar el libramiento, es preciso conducir al espíritu perverso a renunciar a sus malos designios, es menester hacer nacer en él el arrepentimiento y deseo del bien, con ayuda de instrucciones hábilmente dirigidas en evocaciones particulares hechas con la mira de la educación moral; entonces puede tenerse la doble satisfacción de librar a un encarnado y de convertir a un espíritu imperfecto.
La tarea se hace más fácil cuando el obsesado, comprendiendo su situación, presta su concurso con la voluntad y la oración; no sucede lo mismo cuando está seducido por el espíritu engañador, cuando se hace ilusiones sobre las cualidades del que le domina, complaciéndose en el error en que le tiene este último, porque entonces, lejos de secundar, rechaza toda asistencia. Es el caso de la fascinación, siempre infinitamente más rebelde que la subyugación más violenta.
("Libro de los Médiums", cap. XXIII).
En todos los casos de obsesión, la oración es un poderoso auxiliar para obrar contra el espíritu obsesor.
Oración. (Para que la diga el obsesado):
Dios mío,
permitid a los buenos espíritus que me libren del espíritu malhechor que se ha
unido a mí. Si es una venganza que ejerce por los males que le hubiese hecho en
otro tiempo, vos lo permitís, Dios mío, para mi castigo, y sufro la
consecuencia de mi falta. ¡Que mi arrepentimiento merezca vuestro perdón y mi
liberación! Pero cualquiera que sea el motivo que tenga, solicito vuestra
misericordia para él. Dignaos facilitarle el camino del progreso, que le
desviará del pensamiento de hacer el mal. Que por mi parte, volviéndole bien
por mal, pueda conducirle a mejores sentimientos.
Pero también sé, Dios mío, que mis imperfecciones son las que me hacen accesible a las influencias de los malos espíritus. Dadme la luz necesaria para conocerles y, sobre todo, combatid en mí el orgullo que me ciega para que no vea mis efectos.
Pero también sé, Dios mío, que mis imperfecciones son las que me hacen accesible a las influencias de los malos espíritus. Dadme la luz necesaria para conocerles y, sobre todo, combatid en mí el orgullo que me ciega para que no vea mis efectos.
¿Cuál puede ser, pues, mi indignidad, puesto que un ser malhechor puede mortificarme?
Haced, Dios mío, que esta desgracia que mi vanidad merece, me sirva de lección para el porvenir, que me mortifique en la resolución que tomo de purificarme con la práctica del bien, de la caridad y de la humanidad, con el fin de oponer para siempre una barrera a las malas influencias.
Señor, dadme fuerza para soportar esta prueba con paciencia y resignación: comprendo que, como todas las otras pruebas, debe ella ayudar mi adelantamiento si no pierdo su utilidad con mi murmuración, puesto que me proporciona la ocasión de manifestar mi sumisión y de ejercer la caridad hacia un hermano desgraciado, perdonándole el mal que me hace.
(Cap. XII, núms. 5 y 6; capítulo XXVIII, número 15 y siguientes y 46 y 47 del Evangelio según el Espiritismo).
Oración para un hermano obsesado:
Dios
Todopoderoso, dignaos darme poder para librar a N... del mal espíritu que le
obsesa; si entra en vuestros designios poner término a esta prueba, concededme
la gracia de hablarle con autoridad.
Espíritus buenos que me asistís, y vos, su ángel de la guarda, prestadme vuestro auxilio y ayudadme a desembarazarle del fluido impuro que le rodea.
En nombre de Dios Todopoderoso, conjuro al espíritu malhechor que le atormenta a que se retire.
Espíritus buenos que me asistís, y vos, su ángel de la guarda, prestadme vuestro auxilio y ayudadme a desembarazarle del fluido impuro que le rodea.
En nombre de Dios Todopoderoso, conjuro al espíritu malhechor que le atormenta a que se retire.
Oración para un espíritu hermano obsesor:
Dios
infinitamente bueno, imploro vuestra misericordia para el espíritu que obsesa a
N ...; hacedle entrever la claridad divina, a fin de que vea el falso camino en
que está. Espíritus buenos, ayudadme para hacerle comprender que haciendo el
mal lo pierde todo, y todo lo gana haciendo el bien.
Espíritu que os complacéis en atormentar a N... escuchad, porque os hablo en nombre de Dios.
Si queréis reflexionar, comprenderéis que el mal no puede sobrepujar al bien, y que no podéis ser más fuerte que Dios y los buenos espíritus.
Ellos podrían haber preservado a N... de toda persecución por vuestra parte; si no lo han hecho es porque él (o ella) debía sufrir esta prueba. Pero cuando esta prueba se concluya, os quitarán toda acción sobre él; el mal que le habéis hecho, en vez de hacerle daño, servirá para su adelantamiento, por lo mismo será más feliz; de este modo vuestra maldad habrá sido una pura pérdida para vos y se volverá contra vos mismo.
Dios, que todo lo puede, y los espíritus superiores sus delegados, que son más poderosos que vos, podrán, pues, poner término a esta obsesión cuando lo quieran, y vuestra tenacidad se estrellará contra esa suprema autoridad. Pero lo mismo que Dios es bueno, quiere dejaros el mérito de que ceséis por vuestra propia voluntad. Este es un plazo que seos concede; si no os aprovecháis de él sufriréis sus deplorables consecuencias; grandes castigos y crueles sufrimientos os esperan; os veréis forzado a implorar su piedad y las oraciones de vuestra víctima, que ya os perdona y ruega por vos, lo que es un gran mérito a los ojos de Dios, activará su liberación.
Reflexionad, pues, mientras hay tiempo aun, porque la Justicia de Dios caerá sobre vos, como sobre todos los espíritus rebeldes. Pensad que el mal que hacéis en este momento tendrá un término, mientras que si os obstináis en vuestro endurecimiento, vuestros sufrimientos aumentarán sin cesar.
Cuando estabais en la tierra, ¿no os hubiera parecido estúpido el sacrificar un gran bien por una pequeña satisfacción del momento? Lo mismo sucede ahora que sois espíritu. ¿Qué ganáis con lo que hacéis? El triste placer de atormentar a alguno, lo que no os impide ser desgraciado, por más que digáis, y os hará más desgraciado aun.
Espíritu que os complacéis en atormentar a N... escuchad, porque os hablo en nombre de Dios.
Si queréis reflexionar, comprenderéis que el mal no puede sobrepujar al bien, y que no podéis ser más fuerte que Dios y los buenos espíritus.
Ellos podrían haber preservado a N... de toda persecución por vuestra parte; si no lo han hecho es porque él (o ella) debía sufrir esta prueba. Pero cuando esta prueba se concluya, os quitarán toda acción sobre él; el mal que le habéis hecho, en vez de hacerle daño, servirá para su adelantamiento, por lo mismo será más feliz; de este modo vuestra maldad habrá sido una pura pérdida para vos y se volverá contra vos mismo.
Dios, que todo lo puede, y los espíritus superiores sus delegados, que son más poderosos que vos, podrán, pues, poner término a esta obsesión cuando lo quieran, y vuestra tenacidad se estrellará contra esa suprema autoridad. Pero lo mismo que Dios es bueno, quiere dejaros el mérito de que ceséis por vuestra propia voluntad. Este es un plazo que seos concede; si no os aprovecháis de él sufriréis sus deplorables consecuencias; grandes castigos y crueles sufrimientos os esperan; os veréis forzado a implorar su piedad y las oraciones de vuestra víctima, que ya os perdona y ruega por vos, lo que es un gran mérito a los ojos de Dios, activará su liberación.
Reflexionad, pues, mientras hay tiempo aun, porque la Justicia de Dios caerá sobre vos, como sobre todos los espíritus rebeldes. Pensad que el mal que hacéis en este momento tendrá un término, mientras que si os obstináis en vuestro endurecimiento, vuestros sufrimientos aumentarán sin cesar.
Cuando estabais en la tierra, ¿no os hubiera parecido estúpido el sacrificar un gran bien por una pequeña satisfacción del momento? Lo mismo sucede ahora que sois espíritu. ¿Qué ganáis con lo que hacéis? El triste placer de atormentar a alguno, lo que no os impide ser desgraciado, por más que digáis, y os hará más desgraciado aun.
Por otra parte,
ved lo que perdéis, mirad a los buenos espíritus que os rodean, y ved si su
suerte no es, acaso, preferible a la vuestra. Participaréis de la felicidad que
ellos gozan cuando lo queráis. ¿Qué es menester para conseguirlo? Implorarlo a
Dios, y hacer el bien en vez de hacer el mal. Ya sé que no podéis transformaros
de repente pero Dios no pide nada imposible; lo que quiere es la buena
voluntad. Probadlo, pues, y os ayudaremos. Haced que bien pronto podamos decir
por vos la oración de los espíritus arrepentidos (Oración núm. número 73 del Evangelio según el Espiritismo), y no tengamos que
colocaros más entre los espíritus malos, hasta que más adelante podáis contaros
entre los buenos.
(Véase oración núm. 75, oración para los espíritus endurecidos del Evangelio según el Espiritismo).
Oración para varios hermanos obsesados y sus obsesores
(Adaptado para el Grupo de Irradiación):
Dios Todopoderoso, dignaos darnos poder para librar a nuestros hermanos obsesados que vamos a nombrar de sus obsesores; si entra en vuestros designios poner término a estas pruebas, concedednos la gracia de hablarles con autoridad.
Espíritus buenos que nos asistís, y vosotros, sus espíritus protectores, prestadnos vuestro auxilio y ayudadnos a desembarazarles de los fluidos impuros que les rodean.
Los hermanos obsesados son…
Dios infinitamente bueno, imploramos vuestra misericordia para los espíritus que obsesan a estos hermanos obsesados; hacedles entrever vuestra claridad divina, a fin de que vean el falso camino en que están. Espíritus buenos, ayudadnos para hacerles comprender que haciendo el mal lo pierden todo, y todo lo ganan haciendo el bien.
Espíritus que os complacéis en atormentar a los hermanos obsesados que hemos nombrado escuchad en nombre de Dios Todopoderoso.
Si queréis reflexionar, comprenderéis que el mal no puede sobrepujar al bien, y que no podéis ser más fuertes que Dios y los buenos espíritus.
Ellos podrían haber preservado a estos hermanos obsesados de toda persecución por vuestra parte; si no lo han hecho es porque ellos debían sufrir esta prueba. Pero cuando esta prueba se concluya, os quitarán toda acción sobre ellos; el mal que les habéis hecho, en vez de hacerles daño, servirá para su adelantamiento, por lo mismo serán más felices; de este modo vuestra maldad habrá sido una pura pérdida para vosotros y se volverá contra vosotros mismos.
Dios, que todo lo puede, y los espíritus superiores sus delegados, que son más poderosos que vosotros, podrán, pues, poner término a esta obsesión cuando lo quieran, y vuestra tenacidad se estrellará contra esa suprema autoridad. Pero lo mismo que Dios es bueno, quiere dejaros el mérito de que ceséis por vuestra propia voluntad. Este es un plazo que se os concede; si no os aprovecháis de él sufriréis sus deplorables consecuencias; grandes castigos y crueles sufrimientos os esperan; os veréis forzados a implorar su piedad y las oraciones de vuestras víctimas, que ya os perdonan y ruegan por vosotros, lo que es un gran mérito a los ojos de Dios, activarán su liberaciones. Reflexionad, pues, mientras hay tiempo aún, porque la Justicia de Dios caerá sobre vosotros, como sobre todos los espíritus rebeldes. Pensad que el mal que hacéis en este momento tendrá un término, mientras que si os obstináis en vuestro endurecimiento, vuestros sufrimientos aumentarán sin cesar.
Cuando estabais en la tierra, ¿no os hubiera parecido estúpido el sacrificar un gran bien por una pequeña satisfacción del momento? Pues lo mismo sucede ahora que sois espíritus. ¿Qué ganáis con lo que hacéis? El triste placer de atormentar a algunos, lo que no os impide ser desgraciados, por más que digáis, y os hará más desgraciados aún.
Por otra parte, ved lo que perdéis, mirad a los buenos espíritus que os rodean, y ved si su suerte no es, acaso, preferible a la vuestra. Participaréis de la felicidad que ellos gozan cuando lo queráis. ¿Qué es menester para conseguirlo? Implorarlo a dios, y hacer el bien en vez de hacer el mal. Ya sabemos que no podéis transformaros de repente, mas dios no pide nada imposible; lo que quiere es la buena voluntad. Probadlo, pues, y os ayudaremos.
(Véase oración núm. 75, oración para los espíritus endurecidos del Evangelio según el Espiritismo).
Oración para varios hermanos obsesados y sus obsesores
(Adaptado para el Grupo de Irradiación):
Dios Todopoderoso, dignaos darnos poder para librar a nuestros hermanos obsesados que vamos a nombrar de sus obsesores; si entra en vuestros designios poner término a estas pruebas, concedednos la gracia de hablarles con autoridad.
Espíritus buenos que nos asistís, y vosotros, sus espíritus protectores, prestadnos vuestro auxilio y ayudadnos a desembarazarles de los fluidos impuros que les rodean.
Los hermanos obsesados son…
Dios infinitamente bueno, imploramos vuestra misericordia para los espíritus que obsesan a estos hermanos obsesados; hacedles entrever vuestra claridad divina, a fin de que vean el falso camino en que están. Espíritus buenos, ayudadnos para hacerles comprender que haciendo el mal lo pierden todo, y todo lo ganan haciendo el bien.
Espíritus que os complacéis en atormentar a los hermanos obsesados que hemos nombrado escuchad en nombre de Dios Todopoderoso.
Si queréis reflexionar, comprenderéis que el mal no puede sobrepujar al bien, y que no podéis ser más fuertes que Dios y los buenos espíritus.
Ellos podrían haber preservado a estos hermanos obsesados de toda persecución por vuestra parte; si no lo han hecho es porque ellos debían sufrir esta prueba. Pero cuando esta prueba se concluya, os quitarán toda acción sobre ellos; el mal que les habéis hecho, en vez de hacerles daño, servirá para su adelantamiento, por lo mismo serán más felices; de este modo vuestra maldad habrá sido una pura pérdida para vosotros y se volverá contra vosotros mismos.
Dios, que todo lo puede, y los espíritus superiores sus delegados, que son más poderosos que vosotros, podrán, pues, poner término a esta obsesión cuando lo quieran, y vuestra tenacidad se estrellará contra esa suprema autoridad. Pero lo mismo que Dios es bueno, quiere dejaros el mérito de que ceséis por vuestra propia voluntad. Este es un plazo que se os concede; si no os aprovecháis de él sufriréis sus deplorables consecuencias; grandes castigos y crueles sufrimientos os esperan; os veréis forzados a implorar su piedad y las oraciones de vuestras víctimas, que ya os perdonan y ruegan por vosotros, lo que es un gran mérito a los ojos de Dios, activarán su liberaciones. Reflexionad, pues, mientras hay tiempo aún, porque la Justicia de Dios caerá sobre vosotros, como sobre todos los espíritus rebeldes. Pensad que el mal que hacéis en este momento tendrá un término, mientras que si os obstináis en vuestro endurecimiento, vuestros sufrimientos aumentarán sin cesar.
Cuando estabais en la tierra, ¿no os hubiera parecido estúpido el sacrificar un gran bien por una pequeña satisfacción del momento? Pues lo mismo sucede ahora que sois espíritus. ¿Qué ganáis con lo que hacéis? El triste placer de atormentar a algunos, lo que no os impide ser desgraciados, por más que digáis, y os hará más desgraciados aún.
Por otra parte, ved lo que perdéis, mirad a los buenos espíritus que os rodean, y ved si su suerte no es, acaso, preferible a la vuestra. Participaréis de la felicidad que ellos gozan cuando lo queráis. ¿Qué es menester para conseguirlo? Implorarlo a dios, y hacer el bien en vez de hacer el mal. Ya sabemos que no podéis transformaros de repente, mas dios no pide nada imposible; lo que quiere es la buena voluntad. Probadlo, pues, y os ayudaremos.
ORACIÓN PARA UN SUICIDA:
Prefacio:
El hombre nunca
tiene derecho de disponer de su propia vida, porque sólo pertenece a Dios
sacarle del cautiverio terrestre cuando lo juzgue a propósito. Sin embargo, la
justicia divina puede calmar sus rigores en favor de las circunstancias, pero
reserva toda la severidad para aquel que ha querido sustraerse a las pruebas de
la vida. El suicida es como el preso que se escapa de la cárcel antes de
cumplir la condena, y a quien, cuando se le vuelve a prender se le detiene con
más severidad. Lo mismo sucede con el suicida que cree escapar de las miserias
presentes y se sumerge en desgracias mayores.
(Cap. V, núm. 14 y siguientes del Evangelio según el Espiritismo).
(Cap. V, núm. 14 y siguientes del Evangelio según el Espiritismo).
Oración para un hermano necesitado en particular:
Sabemos, Dios
mío, la suerte reservada a los que violan vuestras leyes acortando
voluntariamente sus días; pero también sabemos que vuestra misericordia es
infinita; dignaos derramarla sobre el alma de N... ¡Que nuestras oraciones y
nuestra con-miseración endulcen la amargura de los padecimientos que sufre por
no haber querido tener el valor de esperar el fin de sus pruebas!
Espíritus buenos cuya misión es asistir a los desgraciados, tomadle bajo vuestra protección, inspiradle el arrepentimiento de su falta, y que vuestra asistencia le dé fuerza para sobrellevar con más resignación las nuevas pruebas que tendrá que sufrir para repararla. Separad de él a los malos espíritus que podrían de nuevo conducirle al mal y que harían que se prolongaran sus sufrimientos, haciéndole perder el fruto de sus pruebas futuras.
Tú, cuya desgracia es objeto de nuestras oraciones, ¡que nuestra conmiseración endulce tus amarguras y haga nacer en ti la esperanza de un porvenir mejor! Este porvenir está en tus manos; confía en la bondad de Dios, cuyo seno está abierto a todo arrepentimiento, pues sólo se cierra a los corazones endurecidos.
Espíritus buenos cuya misión es asistir a los desgraciados, tomadle bajo vuestra protección, inspiradle el arrepentimiento de su falta, y que vuestra asistencia le dé fuerza para sobrellevar con más resignación las nuevas pruebas que tendrá que sufrir para repararla. Separad de él a los malos espíritus que podrían de nuevo conducirle al mal y que harían que se prolongaran sus sufrimientos, haciéndole perder el fruto de sus pruebas futuras.
Tú, cuya desgracia es objeto de nuestras oraciones, ¡que nuestra conmiseración endulce tus amarguras y haga nacer en ti la esperanza de un porvenir mejor! Este porvenir está en tus manos; confía en la bondad de Dios, cuyo seno está abierto a todo arrepentimiento, pues sólo se cierra a los corazones endurecidos.
Oración para varios hermanos necesitados:
Sabemos, Dios
mío, la suerte reservada a los que violan vuestras leyes acortando
voluntariamente sus días; pero también sabemos que vuestra misericordia es
infinita; dignaos derramarla sobre las almas de nuestros hermanos que han
acortado su vida en este mundo. ¡Que nuestras oraciones y nuestra
con-miseración endulcen las amarguras de los padecimientos que sufren por no
haber querido tener el valor de esperar el fin de sus pruebas!
Espíritus buenos cuya misión es asistir a los desgraciados, tomadles bajo vuestra protección, inspiradles el arrepentimiento de sus faltas, y que vuestra asistencia les de fuerzas para sobrellevar con más resignación las nuevas pruebas que tendrán que sufrir para repararlas. Separad de ellos a los malos espíritus que podrían de nuevo conducirles al mal y que harían que se prolongaran sus sufrimientos, haciéndoles perder el fruto de sus pruebas futuras.
Vosotros, cuyas desgracias son objeto de nuestras oraciones, ¡que nuestras conmiseraciones endulcen vuestras amarguras y hagan nacer en vosotros la esperanza de un porvenir mejor! Este porvenir está en vuestras manos; confiar en la bondad de Dios, cuyo seno está abierto a todo arrepentimiento, pues sólo se cierra a los corazones endurecidos.
Espíritus buenos cuya misión es asistir a los desgraciados, tomadles bajo vuestra protección, inspiradles el arrepentimiento de sus faltas, y que vuestra asistencia les de fuerzas para sobrellevar con más resignación las nuevas pruebas que tendrán que sufrir para repararlas. Separad de ellos a los malos espíritus que podrían de nuevo conducirles al mal y que harían que se prolongaran sus sufrimientos, haciéndoles perder el fruto de sus pruebas futuras.
Vosotros, cuyas desgracias son objeto de nuestras oraciones, ¡que nuestras conmiseraciones endulcen vuestras amarguras y hagan nacer en vosotros la esperanza de un porvenir mejor! Este porvenir está en vuestras manos; confiar en la bondad de Dios, cuyo seno está abierto a todo arrepentimiento, pues sólo se cierra a los corazones endurecidos.
(Oración al acostarse y/o al levantarse sentado al borde de la cama, pensando en lo que decimos desde el corazón y a fin de que la mente no se evada)
Señor mío, Padre mío Celestial, te doy las gracias por la ayuda y dones que recibo, especialmente por la oportunidad que me das cada día en esta existencia para tratar de avanzar en mi progreso espiritual.
Doy las gracias también Padre a mi hermano protector y hermanos buenos de la espiritualidad por su ayuda y paciencia para conmigo.
Te pido Padre que los buenos hermanos elevados de la espiritualidad ayuden a nuestros hermanos protectores en su labor de ayuda y en su camino espiritual.
Te pido Padre por los más pobres, por los más enfermos, por los que más sufren y padecen hambre y sed de justicia, por la paz en la Tierra, por los pecados de la humanidad. Por los dirigentes políticos, económicos y especuladores, para que se olviden de su egoísmo y de su orgullo, y consigan que reine la igualdad, la paz y el amor entre todos los pueblos de la Tierra. Especialmente te pido Padre por los pueblos más oprimidos por el hambre, las guerras, las epidemias, las catástrofes naturales y el terrorismo.
Te pido Padre por todos los refugiados que lo están pasando mal.
Te pido Padre por la juventud que se encuentra desviada de tu camino, para que los buenos hermanos de la espiritualidad les ayuden a encontrarlo y ellos se mantengan en él.
Te pido Padre por mis… (Aquí ir nombrando a la familia como los hijos, espos@, padres, etc.; amigos; conocidos; etc.) Para que los buenos hermanos de la espiritualidad nos ayuden a restituir nuestras deficiencias físicas, psíquicas, espirituales y morales, o a sobrellevarlas. Danos Señor espíritu de alegría, de fe, de esperanza, de caridad, de humildad, de sencillez, de comprensión y sobre todo de amor a los demás.
En el nombre de Dios Padre Todopoderoso, hermano protector, hermanos buenos de la espiritualidad, venid y dar luz y compresión a los hermanos desencarnados necesitados de ayuda que puedan estar en las casas de mis… (Hijos, en mi casa, en la casa de mi s padres, etc..). También os pido por todos los que han muerto de forma violenta recientemente (aquí se puede hacer mención a los hermanos desencarnados por alguna catástrofe, guerra o acto de terrorismo), así como por nuestros familiares y amigos desencarnados necesitados de ayuda. Dadles a todos ellos luz y comprensión y llevarlos a un lugar donde se les pueda ayudar espiritualmente, os lo pido de todo corazón y en el nombre de nuestra Padre Celestial Todopoderoso.
(OPCIONAL: Hermano protector, hermanos buenos de la espiritualidad, llevarme durante el sueño de esta noche, a donde pueda aprender para mi beneficio espiritual. Sobre todo que aprenda a ser humilde y caritativo y a saber controlar mis pensamientos y sentimientos...)
Gracias hermano protector, gracias hermanos buenos de la espiritualidad, gracias maestro Jesús, gracias a Dios Padre Todopoderoso que así sea.
AMOR, CARIDAD y TRABAJO