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¿Por qué y para qué nos creó Dios?








¿POR QUÉ Y PARA QUÉ NOS CREÓ DIOS?




El origen y la forma de creación de los Espíritus nos son desconocidos; sólo sabemos que fueron creados simples e ignorantes, quiere decir, sin ciencia y sin conocimiento del bien y del mal, pero, con igual aptitud para todo, porque Dios en su justicia, no podía eximir a unos del trabajo que hubiese impuesto a los otros para llegar a la perfección. En el principio, están en una especie de infancia, sin voluntad propia y sin conciencia perfecta de su existencia.


¿Hay Espíritus que fueron creados buenos y otros malos?
«Dios creó a todos los Espíritus simples e ignorantes, es decir faltos de ciencia. Dio a cada uno de ellos una misión con objeto de ilustrarlos y hacerlos llegar progresivamente a la perfección por medio del conocimiento de la verdad, para aproximarlos a él».

Los Espíritus serían como niños, los rebeldes se demoran en su ignorancia e imperfección, los dóciles aprovechan mejor las oportunidades.

Todos llegarán a la perfección (perfección relativa, sólo Dios es la perfección absoluta), pueden permanecer estacionarios, pues nadie retrocede. A medida que progresan comprenden lo que les alejaba de la perfección y terminada la prueba poseen conocimiento de ella y no la olvidan.

El libre albedrío se desarrolla a medida que el Espíritu adquiere conciencia de sí mismo, pasando por la serie de la ignorancia (no del mal), puesto que Dios los creó simples e ignorantes y no malos, es decir, igualmente aptos para el bien o el mal.

Los que llegan a ser malos lo son por su voluntad.


En las cualidades que podemos atribuir a Dios está sin duda el AMOR, al igual que cuando se engendra a un hijo, y el hecho de que nunca haya podido estar inactivo. Más allá de eso no podemos ahondar mucho en la comprensión de Dios, porque como dice León Denis:

«Definir es limitar. Frente a este gran problema, aparece la debilidad humana. Dios se impone en nuestra inteligencia, pero se escapa a todo análisis. El Ser que llena el tiempo y el espacio no será nunca medido por unos seres a quienes el tiempo y el espacio limitan. Querer definir a Dios sería circunscribirlo y casi negarlo.

Las causas secundarias de la vida universal se explican; pero la causa prima permanece inaccesible en su inmensidad.

No negaremos a poseerla sino después de haber pasado muchas veces por la muerte.

Todo lo que podemos decir para resumir es que Dios es la vida, la razón, la conciencia en su plenitud. Es la causa eterna activa de todo cuanto existe, la comunión universal en que cada ser llega a obtener la existencia, para concurrir después, en la medida de sus facultades engrandecedoras y de su elevación, a la armonía del conjunto».



REFLEXIÓN:
Vivimos en un mundo de expiación y de pruebas, por lo que y según el tipo de vicisitud por la que estemos atravesando, puede que nos venga a la mente este tipo de preguntas.
No obstante la Doctrina Espírita nos esclarece y consuela con sus enseñanzas, y por muy malo que sea el momento por el que estemos atravesando, siempre seguiremos adelante.
De nosotros dependerá el suavizar y superar el sufrimiento, según la actitud, comprensión y aceptación que pongamos, necesario para nuestra purificación.
Toda vez que de ello dependerá el avanzar más deprisa en nuestro camino espiritual hacia mundos felices, en los cuales este tipo de preguntas no se manifestarán. 


Bibliografía:
El Espiritismo en su más simple expresión. Exposiciones sumarias de las enseñanzas de los espíritus por Allan Kardec.
Doctrina espírita para principiantes.
El libro de los Espíritus de Allan Kardec.
Después de la muerta de León Denis.

AMOR, CARIDAD y TRABAJO

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