PRIMERO, AMA;
PORQUE LA VIDA
SIN AMOR NO VALE NADA.
La justicia sin amor te hace duro.
La inteligencia sin amor te hace cruel.
La amabilidad sin amor te hace hipócrita.
La Fe sin amor te hace fanático.
El deber sin amor te hace malhumorado.
La cultura sin amor te hace distante.
El orden sin amor te hace complicado.
La agudeza sin amor te hace agresivo.
El honor sin amor te hace extraño.
La amistad sin amor te hace interesado.
El poseer sin amor te hace avaricioso.
La responsabilidad sin amor te hace implacable.
El trabajo sin amor te hace esclavo.
La ambición sin amor te hace injusto.
El dolor sin amor es fracaso.
Las lágrimas sin amor son inútiles.
Los “ayes” sin amor son lamentos.
Las súplicas sin amor son impaciencias.
Por último, ama; porque, como decía S. Juan de la Cruz:
“Al atardecer de la nuestra vida se nos juzgará sobre el amor”
AMOR, CARIDAD y TRABAJO
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